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Fiestas

El calendario festivo comienza con "San Antón" celebrado el 17 de enero como santo protector de los animales y al que se saca en procesión por las calles aledañas a su ermita.La noche del 16 es famosa por sus "iluminarias", grandes hogueras en las calles, símbolo de purificación.

Después, llegan los Carnavales, 40 días antes de Semana Santa. Una fecha esperada por minayeros y minayeras, y por visitantes y turistas, ya que nuestro carnaval ha ido con el paso de los años ganando en atractivo.Cuentan con la particularidad de celebrarse ininterrumpidamente desde primeros de siglo, incluido los tiempos en los que estaban prohibidos.

Y aunque no es un día festivo, grandes y pequeños celebran "jueves lardero", (jueves antes de carnaval), desplazándose a pinares cercanos (Pinar de Don Juan Antonio), en un mediodía y tarde donde el protagonista es "el buen yantar".

Las fiestas tradicionales, son el reflejo de la identidad cultural de un pueblo.

Primavera y Verano

El 30 de abril cumplido tiene lugar una de las tradiciones culturales más arraigadas en nuestro pueblo, LOS MAYOS. El canto del mayo a la Virgen y a las damas es un acto bien remarcado en el calendario minayero.

A mediados de mayo, el 15 de ese mes, tiene lugar una de las fiestas más esperadas por los agricultores de la localidad, San Isidro labrador. La Asociación con el nombre del santo y el ayuntamiento, se encargan de rememorar cada año con un sifín de actos esa fecha tan señalada.

En pleno verano ya, en la semana central de julio, se celebra la Fiesta joven con múltiples actividades diarias para aquellos que disfrutan del descanso estival en nuestra población.

Y para cerrar el verano, el plato fuerte del calendario, la Feria y fiestas en honor al Beato Alonso Pacheco, patrón de la localidad. El espíritu festivo se adueña de sus calles al son de sus charangas, verbenas y pasacalles. Muy popular es su animada cabalgata... un escaparate donde se dispara la imaginación... asociaciones, peñas y colectivos se implican al máximo con el objetivo de superarse cada nueva edición... La reina y damas, tanto mayores como infantiles, relucen en esta explosión de luz y color donde nadie se queda al margen y todos ofrecen lo mejor de sí mismos.

Las fiestas arrastran a forasteros, niños, jóvenes y mayores. También a aquellos que han emigrado y, como cada año, fieles a sus raíces, vuelven a disfrutarlas con sus parientes y amigos, son días para celebrar en los múltiples bares y restaurantes que cuenta la localidad.

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